Las XXIII Jornadas Nacionales de Derecho Civil desarrolladas esta semana en Tucumán no sólo se destacan porque constituyeron la instancia preliminar a la reforma integral del Código Civil, concluido en 1869 por Dalmacio Vélez Sársfield, sino también por su número récord de asistentes: en total, unas 2.200 personas, según informó el comité organizador del encuentro.
Ayer a la mañana, en el teatro Alberdi, se realizó la lectura de las conclusiones de cada una de las 13 comisiones de juristas que trabajaron desde el jueves, en temas como la rescisión unilateral en los contratos de duración, derechos de los pacientes, efectos de la ley de matrimonio igualitario en el derecho de familia, bases para un código de contratos latinoamericano (derecho comparado) y derecho del consumidor, entre otros.
Las conclusiones, según explicó la vicepresidenta de la comisión organizadora de las jornadas, Adela Seguí, serán oportunamente acercadas a la Comisión de Reforma del Código Civil, integrada por los jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Ricardo Lorenzetti (presidente, que encabezó la inauguración oficial del congreso, el jueves) y Elena Highton de Nolasco y por la reconocida civilista Aída Kemelmajer de Carlucci.
"Acá se ha discutido con una mirada concreta hacia la reforma del código, aunque las conclusiones de las comisiones no sean vinculantes. Se ha trabajo con sentido de responsabilidad", destacó Seguí.
La docente de la UNT dijo que la cifra de asistentes es la más alta en los últimos 20 años en las jornadas federales de derecho civil.
"Las jornadas son una referencia en la doctrina muy importante y las conclusiones se publican. En la comunidad jurídica se conocen y son guía en los trabajos y en la jurisprudencia", aseveró.
Entre los juristas que participaron de las jornadas muchos refutaron las consideraciones del experto Luis Moisset de Espanés, quien sostuvo que no es necesario reformar el Código Civil y atribuyó al kirchnerismo cierto apuro en sancionar una nueva normativa.
"No solamente está dado el clima, sino también hay una necesidad de reformar el Código Civil", aseveró Seguí.
A su vez, otro de los organizadores, el profesor de la UNT Roberto Toledo, fue más allá y dijo que las jornadas efectuadas en Tucumán tienen inclusive un perfil épico.
"Uno de los sofismas políticos más utilizados es el de la oportunidad, para no hacer las cosas; las vamos postergando, decimos que no es el momento adecuado... Señores: ¡hay cinco proyectos de reforma del Código Civil desde hace más de 10 años! Nadie puede decir que esto es improvisado. Es un trabajo de toda la comunidad jurídica. Por supuesto que no es una reforma a rajatabla y, como dijo Lorenzetti, no se permitirá que sea la expresión de una tríada o de una minúscula porción de la doctrina", aseveró Toledo.
En general, en el congreso primó el carácter reformista.